- No se qué decir. - titubeó Mordai. - Lo cierto es que nunca he sabido bien de qué pie cojea él. O ellos, no sé.
- Es algo que llevo pensando un tiempo. - contestó Kelek con seriedad.
- Kelek, como amigo tuyo, no puedo tomar esta decisión por ti. Es algo que tienes que sentir, y de lo que tienes que estar seguro. Puedo contarte la vez que casi le pedí matrimonio a Meriel, si te ayuda, pero me temo que voy a necesitar otra copa.
Mordai se sirvió otra copa, mientras miraba la hoguera distante entorno a la que habían montado campamento. Tardó unos segundos en comenzar a contar la historia, y se notaba que era algo que le costaba trabajo contar.
- Esta vez decidimos no quedarnos encerrados en el cuarto. - comenzó finalmente el tiefling. - Meriel tenía un día libre en la taberna, así que decidimos ir al festival de Sune de Verano. Este festival es conocido en todo Neverwinter por ser un momento ideal para tener una cita, así que coincidimos en que podríamos ir. Recibe su nombre de la diosa Sune, para las que las flores de Florecer Ígneo son sagradas, y resulta que lo hacen en el momento álgido del verano.
El brujo por un segundo para crear una llama, tratando de calentar un poco el ambiente, mientras Kelek esperaba que siguiera el relato con interés.
- Los pétalos de estas flores son usados como moneda durante el festival, y los negocios ofrecen artículos especiales por ellos como recuerdos. Al llegar allí, todas las plantas habían florecido en un precioso color naranja, llenando el aire de un dulce aroma que para cualquier paisano de aquí recuerda al verano. Las calles estaban decoradas con pancartas y banderas, y Meriel llevaba un precioso vestido verde y una sonrisa de oreja a oreja. Su pelo ondeaba con una pequeña brisa de verano y al andar casi parecía que flotase. Yo, por el contrario, había optado por no ponerme la capa ese día, dejando mis ojos al descubierto, y aunque pudiese atraer alguna mirada, nada me importaba si se trataba de su felicidad. Me había puesto una camisa blanca y unos pantalones grises que no tenían nada que ver con mi ropa de diario.
El ambiente estaba ligeramente menos gélido. Mordai miró su copa con un aire de tristeza, tratando de esconder sus emociones en la medida de lo posible.
- Fuimos a un puesto que había en la plaza, donde le compré a Meriel una flor y se la coloqué en el pelo con cuidado. Le dije que estaba preciosa y pregunté si tenía algún plan. Ella me contestó que quería dar un paseo en barca por el río, pero yo pensaba dejar eso para el atardecer. Sobre esa hora, el sol se pone sobre el mar y sueltan unos farolillos de papel al aire, llenando el cielo. Era el momento ideal para pedirle matrimonio, y quería aprovecharlo.
Cada vez que paraba de hablar, la habitación se quedaba en silencio, con tan solo el crepitar del fuego que lo interrumpiese. Los otros dos compañeros dormían ya, y Mordai montaba guardia con Kelek.
- Lo tenía todo pensado. Hasta había hablado con su padre, quien ya se imaginaba que estábamos saliendo. No hay que ser un lince para ver que yo cada vez pasaba más tiempo en su taberna, que cada vez jugaba menos a las cartas y que cada vez que su hija desaparecía, a mí no se me podía encontrar por ningún lado. Ella me había cambiado a mejor, y aunque a Marco no le entusiasmase la idea, me dio su visto bueno porque sabía que hacia feliz a su hija.
Con un gesto, Mordai mandó a Desdentao a que diera una vuelta para que viera si había peligro, y guardó silencio por un momento. Al igual que hace un momento a su acompañante, a Mordai se le estaban atragantando las palabras.
- Vimos más puestos que habían montado por las calles y la plaza, disfrutando al máximo cada momento con ella. El anillo me quemaba en el bolsillo, estaba nervioso como un niño chico, esperando que llegase el atardecer. El día fue maravilloso; probamos mucha comida, vimos las calles de la ciudad con un enfoque que no había visto antes y participamos en muchos juegos que habían colocado por todo el barrio. Y por fin llegó la hora.
Mordai paró por un momento, tratando de contener las lágrimas. Era la primera vez en mucho tiempo que se mostraba tan vulnerable, y se sentía desprotegido. Kelek colocó su mano sobre el hombro del tielfing, tratando de calmarlo.
- Estoy bien. - afirmó, pero su cara decía lo contrario. - Fuimos al embarcadero con la intención de alquilar una barca de remos, pero cuando íbamos a subir escuchamos un revuelo. Los gritos llenaron las calles, y los guardias corrían de un lado para otro. Una tribu de kobolds salvajes había invadido el mercado, con la intención de comerse las flores. Es como una droga para ellos, que los vuelve eufóricos y violentos. Nos vimos obligados a irnos de allí, y en el camino nos encontramos con dos kobolds. Estaban como en un estado de trance agresivo, e iban a atacarnos. Yo comencé a cargar un Eldritch Blast, notaba como la energía se me acumulaba en la mano en esa bola de plasma morado que ya me has visto hacer otras veces, pero Meriel me agarró del brazo, y con los ojos llorosos me pidió que corriésemos.
Se hizo el silencio por un instante. Mordai no podía contener más las lágrimas, que ahora brotaban de sus ojos sin parar. Se llevó las manos a la cara para secárselas, mientras que el semiorco trataba de consolarle.
- Dudé. - sollozó. - ¡Dudé! Podría haberla perdido allí si no hubieran llegado guardias. Entonces lo supe. Ella merecía más, merecía un hombre que supiera defenderla y no dudase ni un segundo. Fue un golpe de realidad. Sabía que mi vida no era la mejor para estar con ella, pero pensé que podría cambiar, enderezarla de una vez. Lo que no sabía es que me bloquearía y no podría protegerla. En ese momento supe que no podría estar con ella hasta que hubiera re-hecho mi vida y aclarado mis pensamientos, y decidí no pedirle matrimonio. Fue la decisión más dolorosa que he tomado en mi vida, pero supe que era la adecuada. Ojalá pudiera volver a llevarla a un festival de Sune. Daría cualquier cosa por volver a ver su sonrisa en la calle, feliz como un niño, buscándome con la mirada entre la gente. Es por eso que debo encontrarla, pase lo que pase. Debo enmendar mi error.